sábado, 13 de marzo de 2010

...




No sé lo que me deparará el futuro, dependerá de lo que me queda de aquí y lo que me encuentre cuando vuelva. Pero es hora de ir pensando un poco e  ir analizando las posibilidades. 
 
Un regalo que me hizo mi amiga Laura en una canción, “¿Qué crees que vas a encontrar? El mismo lugar, sólo tú serás diferente”.
Lo que tengo allí lo sé, pero ¿cómo seré yo cuando me enfrente a ello de nuevo?
Se pospone el futuro hasta encontrar una respuesta, pero quiero compartir que intento dejar aquí puertas abiertas.

Inmigrantes ilegales


Empezaré a contaros desde el principio lo que ha sido nuestra pequeña lucha con la burocracia ghanesa para evitar tener que volvernos un mes antes de lo previsto a España.
Cuando quisimos renovar nuestro visado por los dos últimos meses que nos quedaban, nos enfrentamos a uno de los problemas más comunes a los que se enfrentan millones de personas cuando se encuentran en otro país. Y me alegro de que haya sido así en el fondo, porque aunque en un grado mucho menor, he podido sentir lo que se siente cuando te deniegan un visado, te dicen que tendrás que abandonar el país, o en su defecto ser ilegal.
No podían darnos más de un mes más, por lo que supuestamente tendríamos que abandonar Ghana esta misma semana. El plan B era ir a Togo, pasar la frontera, conseguir un nuevo visado para Ghana y volver.  Afortunadamente para mí, aunque no para Sara, se confundieron al poner el sello en mi pasaporte y me validaron los dos meses que me quedan, por lo que para mí ahí se acabó el problema, pero no para ella. Y, como aquí somos una, tampoco para mí.
Seguía entonces el plan en marcha para conseguir el suyo, pero casualidades de la vida, en Togo se han cerrado las fronteras a causa de las elecciones que se están celebrando ahora, y por consejo de amigos españoles, no deberíamos ir en este momento a ese país, en el que nunca hay problemas, pero la suerte siempre nos acompaña.
Analizando las posibilidades, pasamos al plan C, ir a Costa de Marfil. Pero conseguir el visado para entrar en ese país no resulta nada fácil, así que intentamos sopesar la posibilidad de quedarse de ilegal y ver qué pasaba en el aeropuerto a la vuelta, con un poco de suerte, podríamos seguir la política del soborno, que aunque es triste decirlo, está presente en todos los lugares de este país.
Finalmente, hablando otra vez con la oficina de inmigración y con la ayuda de Fernando, un amigo de la embajada española que nos aconsejó, nos confirmaron que no habría ningún problema si hacemos eso. De hecho, fue la solución que nos dieron.
Parece que todo se soluciona, porque no nos van a robar el mes que nos queda. No sin haber luchado por ello.
La ventaja que tenemos en nuestro caso es que tenemos en nuestra mano el arma para solucionarlo, dinero. Pero cuánta gente no lo tiene.

Recta final

-->
Hace mucho que no escribo y pido perdón por teneros abandonados. Tengo muchas cosas que contar y eso es inversamente proporcional al tiempo que tengo para contarlo.
El resumen de estos meses va a ser intenso. Después de todo el proceso de lo de Margaret las cosas empezaron a cambiar y a intensificarse. Ya no estamos trabajando en el colegio, no en presencia. Ahora estamos yendo a un orfanato, trabajando con bebés y niños de hasta 3 años. Y a la vez preparando una memoria para el colegio, para hacer una reunión con los profesores y dejarles constancia de nuestra pequeña aportación al colegio.
El motivo es doble. Primero, el poco tiempo que nos queda lo queremos aprovechar para conocer otros lugares y otras realidades, como el orfanato o el otro colegio de Kumasi. Y segundo, lo que hemos podido aportar al colegio ya lo hemos hecho, hemos descubierto que lo que hace falta realmente es un proceso a largo plazo, y por eso estamos trabajando en ello y lo seguiremos haciendo desde España. La presencia es importante, pero sopesando las posibilidades y la realidad, creemos que va a ser más enriquecedor y más funcional si conocemos más todos los sectores, para poder hacer un mejor análisis de la realidad.
El orfanato fue fundado por Pauline, una mujer enfermera que vio la necesidad de acoger a un niño que se quedó huérfano cuando ella atendió el parto. A partir de ahí ha ido creciendo, y ahora son 170 los niños que hay en él. Desde una bebé de 4 días, hasta niños que ya están en secundaria. Todos ellos están escolarizados a la edad correspondiente, así que nuestra labor es cuidar de los bebés y los niños más pequeños que aun no van al colegio. El orfanato está muy bien organizado, y se financia de las donaciones que hace la gente, sobretodo europeos. Os lo explicaré más detenidamente.
Y seguimos conociendo el país, y su gente. Ésta vez el destino ha sido Axim, un pueblo de la costa, casi pegando a Costa de Marfil, y el motivo, relax y encuentro de españoles. Fuimos con el grupo de españoles que viven en Accra, a muchos los conocíamos de anteriores encuentros y a otros los conocimos en este viaje. Un grupo de 16 personas, cada una con un motivo diferente en África, pero todos compartiendo experiencias y percepciones de este lugar. Las fotos del lugar hablan por sí solas, un pequeño paraíso natural. Viene bien desconectar, de hecho, necesitaba desconectar.
Esa misma semana, Inma y Rosa, dos chicas españolas amigas de Pedro (ése que no consiguió ver elefantes) que han venido de visita, vinieron a visitarnos a Kumasi y con ellas fuimos a conocer el Santuario de los monos, y las cascadas de Kingtampó. Dos lugares con mucho encanto.
Y con todo esto (y el pequeño incidente del visado), hemos llegado a la recta final. Y quizá por eso también no escribo tanto, lo veo tan cerca… pronto podré contaros todo con detalle, y no quiero que se me escape nada, prefiero absorber todo lo que me queda y compartirlo después.
Mi corazón está dividido.