sábado, 14 de noviembre de 2009

Sí, sigo aquí...


“Cada vez estoy más convencido de que el mundo funciona como una partida de parchís. No es una broma. Es una teoría bastante científica. Cada uno de nosotros somos una de las fichas redondas y planas.
Al principio nos encontramos en un lugar seguro del que, más tarde o más temprano, tendremos que salir. Es nuestro hogar, allí vivimos con nuestra familia a salvo de cualquier peligro, pero debemos abandonarlo para empezar nuestra verdadera vida. Hay gente que tiene suerte y consigue salir antes. En el parchís, sacando un cinco. En la vida, encontrando un buen trabajo. Creo que es más fácil lo del cinco que lo del trabajo.
Una vez que estamos fuera, empieza la carrera. Corremos el peligro de que llegue cualquier otro y nos pise, y entonces tendríamos que volver a empezar. Pero también contamos con la ayuda de las fichas de nuestro color, nuestros amigos, nuestra familia. El resto tratará de jodernos, de llegar antes que nosotros. Es una carrera de velocidad en la que el final es inevitable. Hay veces que tanteamos varias veces la muerte de la partida, como rebotando, antes de llegar a ella. Todos sabemos que el juego va a acabar y tratamos de ganar claro, pero, en el fondo, nos da pena que se termine.
Creo que el planteamiento del juego es bastante cristiano, porque se asocia ese final con algo bueno, con el triunfo. Llegar a la última casilla con todas tus fichas es algo así como llegar al cielo una vez acabada la vida. Y la muerte de nuestra ficha cuando es devorada por nuestras enemigas es una especie de reencarnación porque, después de esa muerte, aparece otra ficha heredera suya que comienza su vida desde el principio.
Existe un dado que es el que ordena los movimientos, el que hace que uno gane y otro pierda, porque sin suerte en el lanzamiento del dado no se puede ganar al parchís. Al dado, ese que dicta el comportamiento en todos los jugadores, algunos lo denominarán Dios, otros dirán que es Azar, y el resto lo llamaremos Destino.” (Báilame el agua)

Nunca he querido hacer de mi vida una partida de parchís, no me gusta competir comiéndome a nadie por el camino, y no voy a luchar por algo que sólo obtendré en un final, lucharé por un proceso, por un progreso; porque, como dice mi sister Laura, la felicidad es un trayecto, no un destino.
¿Se puede ser feliz sin trabajar para ganar dinero para tener una casa para el día de mañana y poder vivir cómodamente con tu coche, tus acciones en bolsa y si puede ser la finca en el pueblo, teniendo que pisar a gente por el camino? Se puede, venid a África.
Prefiero entrar en una casa donde duermen 10 personas por habitación en los suburbios de un pueblo africano, pero donde te sacan las dos únicas banquetas de madera que tienen y escuchas la música y la alegría con la que bailan, y bailas, a una casa en la que el sofá es precioso pero espera que le pongo 5 fundas para que no se manche, quítate las zapatillas para entrar y no vamos a hacer esto que ensuciamos.
Prefiero viajar en trotró, con 10 personas más que no conozco casi encima de mí,  porque me encanta la sensación que se siente al bajarte y respirar, a tener un coche que pueda rayar y entonces qué disgusto.
Prefiero una casita al lado de la selva, donde mis vecinos sean animales, de los que probablemente me tenga que proteger, pero yo no miraré si esa familia de leones tiene su lecho mejor que el mío.
La pobreza no la desea nadie, nadie quiere ser pobre y vivir en malas condiciones si pudiera vivir en otras mejores, pero no tiene nada que ver con la felicidad. Quién más tiene, más quiere; y quién menos tiene, más comparte. Y, por eso, si alguien nos dice que quiere ir a España todas coincidimos en convencerles de que no van a ser felices. Qué suerte tenéis de poder estar sentados en la puerta de vuestra casa mirando las estrellas, quedaros dormidos bajo ese manto, ganáis poco dinero trabajando en la puerta de vuestra choza, vendiendo lo que podéis, pero en familia, tranquilos, con vuestra cultura, vuestro ritmo…ese ritmo que lleváis en la sangre. En España llevaríais el ritmo de no parar de trabajar si tienes la suerte de conseguir que alguien te contrate por dos míseros duros y ni siquiera recibas una muestra de afecto por esos que deberían ser tu nueva familia, como lo sois ahora vosotros para nosotras.
Prefiero encontrar una estrella en el fango, que cuatro diamantes en un cristal.
Prefiero que me duela a que me traspase, que me haga daño a que me ignore. Prefiero sentir.
Prefiero experimentar las cosas, aunque me hagan mal. Aunque me hiervan la sangre.
Prefiero probarlo todo a morir sin saber lo que me gusta. A llegar a la meta de mi vida, eso que llamamos muerte, con todas las fichas, pero habiendo seguido todas el mismo camino.
Tengo muchas cosas que contaros, tantas que no tengo tiempo para hacerlo, pero esperad. Os hablaré de Cape Coast (cosas que hacen daño, que no traspasan), de Elmina, pueblo de pescadores con un encanto natural (donde pueden encontrarse muchas estrellas en el camino, algunas de Canadá, otras de Canarias, otras de Ghana… que nos han guiado y lo seguirán haciendo, de todas ellas), de la selva vista desde un puente colgante, en el que un mal paso te puede llevar directamente a la meta, de playas exóticas disfrutadas libremente sin pulseritas que te limiten espacios y adornen realidades…
Dadme unos días. Y aprovechad para escribirme vosotros. He venido a preocuparme por la gente de aquí pero sin olvidarme de la de allí, necesito que me contéis cómo son vuestras vidas, que me digáis que sois felices, y que si alguno no lo es vendréis a África pronto.

3 comentarios:

  1. Profundos planteamientos. Chapo por esa valentia y esos descubrimientos y sensaciones que estas viviendo en Ghana.

    Saludos desde el sur....


    Marco

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  2. buahhhhhhhhhhhh
    cada diaaa me metoo akiii para haber si has escrito algoo nuevoo
    y hoyyyyy...me has exo sonreir al ver esto nuevoo:)
    joo me encantaaa saber ke piensas com yooo y aunke no este allii espero poder ir contigo algun diaaa
    cuidateeee muxoooo y demuestraa a tanta gente ke la vida no se mide x lo ke tienes sino por como eres y lo ke eres capaz de dar sin recibir nada a cambioo..
    te exo de menossss
    cuidateeee tkierooo
    nataliaaa:)

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  3. Hola Cris, estoy fascinado con tu blog y tu esperiencia. He empezado a leerlo desde el principio y no puedo parar. Todo es vida a tu alrededor ... alegría, dolor, sensaciones, ...
    Gracias por compartirlo a unas personas "occidentales" tan necesitadas de vida que estamos por aquí, para salir de nuestra modorra y sentir, amar, llorar, gozar, ...
    Te siento muy dentro Cris, y me emociono leyendote. Estoy orgulloso de haber compartido una parte de tu vida contigo, en los scouts. Buen camino.

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