sábado, 26 de diciembre de 2009

Merry Christmas!!








Los niños del colegio de Sabin Akrofrom os desean felices fiestas. ¡Qué bien nos lo pasamos el último día de clase celebrando la Navidad!

El gran juego del que os hablé o hicimos ese día, y fue todo un éxito. Mucho trabajo pero muy buenos resultados, toda la comunidad, tanto los niños como los profesores, staff, los niños mayores de secundaria que se unieron a ayudarnos… 
Y mientras ellos disfrutaban, nosotras veíamos cómo a la vez iban cumpliéndose nuestros objetivos, los cuales hay que seguir trabajando, pero fue un paso grande (aprender a jugar, aprender a colaborar con otros en grupo, desarrollar la intención de jugar y saber perder, aprender a respetar los turnos, promover la relación niños- profesores utilizando el juego, promover la importancia del deporte, las relaciones interpersonales, convivir y usar la energía para jugar y no para luchar, aprender a respetar las normas, dar a los profesores recursos para enseñar jugando…).

Además, todos llevaron una felicitación de Navidad a sus casas… con un dibujo hecho por ellos, creo que algunos han llegado más lejos… :) 


Unas navidades calurosas… no son lo mismo, pero, en el cole, con estos niños, también son especiales.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Durmiendo en África

Son las 23.30 h de la noche, las 00.30 h en España. Aquí todavía es día 4, allí ya es día 5. Cuando termine de escribir esto estaremos viviendo en el mismo día de nuevo.
Mi problema es que ya estaba medio dormida pero una importuna llamada me ha despertado y  me he activado.
Qué otra cosa puedo hacer, ponerme a escribir en nuestro saloncito. Sara está leyendo porque no puede volver a dormirse y creo que no tiene más ganas de verme hasta mañana.
Os preguntaréis qué hago dormida a estas horas. Lo que todo el mundo aquí, teniendo en cuenta que nos levantamos a las 6 de la mañana.
Si ahora mismo saliera a la calle (cosa inviable yo sola a estas horas) me encontraría diversos panoramas dependiendo de las zonas, la ciudad y los habitantes. En Elmina me encontraría a la gente durmiendo en la calle, en cualquier sitio, en una barcucha, encima de una mesa, en el suelo… tan agusto. Probablemente, tendría que sortear a alguien para no pisarlo o despertarlo, como ya hicimos cuando estuvimos allí. No es un problema de falta de hogar (haberlo haylo, pero son para otros fines) o quizá la mitad de la familia está durmiendo dentro y el resto fuera, o quizá simplemente el sueño les vino en ese lugar y en esa posición y no hay más que hablar.
En cuanto a lo de dormir en cualquier sitio yo no tengo ningún problema de adaptación, más bien soy toda una experta en la materia, lo único malo de hacerlo en la calle para mí, es la exposición a la malaria. Esta gente que duerme plácidamente son carne de cañón para los mosquitos hambrientos que salen por la noche.
En otros lugares, habrá gente charlando a la puerta de sus casas o sus negocios, algunos quizás todavía abiertos. La noche es un momento de reunión porque, como dice Ryszard Kapuscinski, “la oscuridad divide y, por eso mismo, hace más fuerte el deseo del hombre de estar junto a otro dentro de un grupo, de una comunidad”.
En Kumasi hay varios barrios, pueblos, comunidades con distintas características. En algunos hay luz eléctrica en las calles, en la mayoría afortunadamente, en otros se ven susurros de velas, fogatas para quemar la basura o simplemente gente charlando en la oscuridad. Y esto es peligroso, porque es cierto que no hay nada más negro que un negro en la oscuridad, y puedes llevarte el susto de tu vida.
Por la noche se duerme poco, pero se recupera durante el día. La mayoría de la gente no tiene un trabajo fijo, simplemente venden en sus puestos, para comer ese día, quizás ahorren para una semana, si se da bien, pero no mucho más. Así que los que no tienen nada que hacer vagan por las calles y duermen cuando y donde pillan. Los que tienen puestos también lo hacen en sus momentos de espera e incluso los profesores echan una cabezada durante el recreo o la hora de la comida apoyados en la mesa. Puedo corroborar que no es incómodo del todo. Tampoco en un trotró es del todo incómodo dormir, durante un viaje, a pesar de los baches y de que te puedes partir el cuello; en un taxi, en el coche de camino y vuelta al colegio, en una barca en alta mar… El calor hace que sea posible, ayuda un montón. Y no hablemos en una misa a las 7 de la mañana. Éstas lo llaman dormir, yo lo llamo meditar. Este fin de semana Marco nos había invitado a dormir de acampada en la playa… pero el cumple de Cris y el gusano de Sara nos lo han impedido, para otra vez será.
También tenemos pendiente una noche en Kakum Park, el parque natural que visitamos, para ver a los animales en todo su esplendor.
Hay distintas formas de dormir, como formas de vivir. Y viviremos y dormiremos cada una de ellas. Al fin y al cabo, de la noche salen los sueños. A más noches distintas, más sueños distintos. Y a distintas formas de vivir el día, distintos resultados. “Si siempre haces lo mismo, no esperes resultados distintos”.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

¿Cambio o progreso?


Huele a cambio. Si, es verdad que huele a cambio, pero no sé si estoy del todo de acuerdo con esa palabra. No, si es referido a cambio cultural, sí si es referido a progreso.
Tenemos que tener claro que no venimos a cambiar una cultura, sino a aportar mejoras, ideas y experiencias para un progreso.
Tenemos la tendencia a considerar nuestra cultura la mejor, la superior e, inconscientemente, intentamos imponerla en las demás. Es lo que se llama etnocentrismo.
Es por eso que tenemos que tener mucho cuidado a la hora de enfocar la ayuda, tenemos que darles recursos para que su propia cultura evolucione, pero en su línea, en la línea que tiene que hacerlo, acoger las cosas buenas de la nuestra para adaptarlas a la suya.
Y, por supuesto, a la vez, aprender las cosas buenas de la suya para introducirlas en la nuestra. Y como sabéis que es difícil hacerlo en “nuestra cerrada cultura que es la mejor de todas”, intentemos hacerlo cada uno en nuestra vida.
Y, aprovecho para mencionar que esto es aplicable a todas las culturas, no sólo la africana. Miremos a nuestro alrededor en España y aprendamos a ver otras formas de vida como algo enriquecedor. Árabes, judíos, asiáticos, nórdicos, gitanos…etc.
La convivencia de unas culturas con otras en este país es una maravilla, respeto mutuo 100%.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Primer objetivo conseguido...

Sigo trabajando duro. Los avances en el colegio ya son notables, y es que el simple hecho de no utilizar la vara sino el refuerzo positivo hace que los niños no tengan miedo a equivocarse sino motivación para hacerlo bien.

He tenido muchos altibajos, días en los que salía del colegio con las manos en la cabeza y otros con una energía y satisfacción que me llenaban entera. He cogido las riendas y hay tantas cosas en mi cabeza para hacer que no me dan las horas, los días, los meses…

Los niños son cada día más felices, y los profesores están aprendiendo a decir “bien hecho”.

Como colofón para conseguirlo Sara y yo hemos preparado un gran juego en el que estará implicada toda la comunidad de infantil: niños, profesores y staff. Será un día de convivencia en el que los objetivos que nos hemos marcado son imprescindibles para continuar avanzando. Transmitiré los resultados. Huele a cambio.

*Costa africana*


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Hemos vuelto. Y aprovecho este cacho par resumiros este fin de semana y el de hace dos, que todavía tengo pendiente. Los dos han sido en Cape Coast e inmediaciones, el primero de ellos la mayor parte del tiempo en tierra y el segundo la mayor parte del tiempo en alta mar.
Elmina y Cape Coast son dos pueblos de pescadores, donde nos alojamos la primera noche de nuestra primera visita, nuestro hotelito estaba enfrente del puerto y del castillo y nos invadía un olor a pescado muy fuerte que a veces nos impedía cenar en la terraza… no problem at all.
La gente vive en la calle y, aunque tienen sus casuchas mejores o peores, muchos de ellos duermen en la calle, de hecho al ir andando por las calles nos encontrábamos gente dormida en cualquier sitio, en este sentido me estoy amoldando muy bien a las costumbres del país.
Una periodista canadiense, Katherine, una mujer encantadora se unió a nosotros para la excursión que íbamos a hacer al día siguiente temprano, al parque de Kakum Park, donde pudimos conocerla y disfrutar de su compañía, ternura y amistad durante todo el fin de semana. Una profesional periodista que terminado su reportaje sobre la fabricación del cacao, se cruzó en nuestro camino de fin de semana turístico. Un abrazo enorme si consigues leer esto en español, deseando conocer a tus peques, e intercambiar esas maravillosas fotos de puesta de sol en la playa.
 Kakum Park es un parque natural donde se puede admirar la selva desde dentro. Y lo más importante es la sensación que se tiene en el puente colgante. Siete trozos de puente en los que el vacío se hacía bajo nuestros pies, balanceándonos llegábamos a cada árbol fijo y balanceándonos aun continuábamos el camino. Adrenalina, aire puro y un regalo para la vista. Volveremos a pasar una noche allí para ver a los animales en su hábitat natural, por el día no los pudimos ver bien.
Marco y amigos (Alex y Evans), dos fines de semana con ellos y los dos increíbles. El primero nuestro amigo canario nos puso los dientes largos contándonos sus aventuras de pesca, que son muchas, y al siguiente nos unimos a ellos. Os resumo lo que fue una de las mejores experiencias de nuestra vida, y dejo pendiente un artículo conjunto con mis compis de aventura explicando cada sensación del viaje. 12 horas en un cayuco, o barca de pescadores africana, más de 100 kilómetros recorridos por mar, ningún avistamiento de tierra, baño en alta mar, ballenas a pocos metros, pescamos un montón, me mordió un pez en el dedo (más bien le metí yo el dedo en la boca)… los detalles pesqueros los podéis ver en el blog de mi amigo Marco.
Otra de las cositas que nos impactó fue el pueblo desde el que salimos, un pueblecito de pescadores muy pobre, donde todos los niños fueron a despedirnos, y de la misma manera fueron a recibirnos en cuanto nos vieron llegar a la costa… una sensación increíble. Una niñita albina nos dio un pequeño susto porque la traían a la fuerza hacia nosotras y ella lloraba, al principio creíamos que la rechazaban, pero nos quedamos más tranquilas después de comérnosla a besos y de que nos explicaran que tenía miedo de nosotras porque teníamos su misma piel, y para ella eso no es normal.


sábado, 14 de noviembre de 2009

Sí, sigo aquí...


“Cada vez estoy más convencido de que el mundo funciona como una partida de parchís. No es una broma. Es una teoría bastante científica. Cada uno de nosotros somos una de las fichas redondas y planas.
Al principio nos encontramos en un lugar seguro del que, más tarde o más temprano, tendremos que salir. Es nuestro hogar, allí vivimos con nuestra familia a salvo de cualquier peligro, pero debemos abandonarlo para empezar nuestra verdadera vida. Hay gente que tiene suerte y consigue salir antes. En el parchís, sacando un cinco. En la vida, encontrando un buen trabajo. Creo que es más fácil lo del cinco que lo del trabajo.
Una vez que estamos fuera, empieza la carrera. Corremos el peligro de que llegue cualquier otro y nos pise, y entonces tendríamos que volver a empezar. Pero también contamos con la ayuda de las fichas de nuestro color, nuestros amigos, nuestra familia. El resto tratará de jodernos, de llegar antes que nosotros. Es una carrera de velocidad en la que el final es inevitable. Hay veces que tanteamos varias veces la muerte de la partida, como rebotando, antes de llegar a ella. Todos sabemos que el juego va a acabar y tratamos de ganar claro, pero, en el fondo, nos da pena que se termine.
Creo que el planteamiento del juego es bastante cristiano, porque se asocia ese final con algo bueno, con el triunfo. Llegar a la última casilla con todas tus fichas es algo así como llegar al cielo una vez acabada la vida. Y la muerte de nuestra ficha cuando es devorada por nuestras enemigas es una especie de reencarnación porque, después de esa muerte, aparece otra ficha heredera suya que comienza su vida desde el principio.
Existe un dado que es el que ordena los movimientos, el que hace que uno gane y otro pierda, porque sin suerte en el lanzamiento del dado no se puede ganar al parchís. Al dado, ese que dicta el comportamiento en todos los jugadores, algunos lo denominarán Dios, otros dirán que es Azar, y el resto lo llamaremos Destino.” (Báilame el agua)

Nunca he querido hacer de mi vida una partida de parchís, no me gusta competir comiéndome a nadie por el camino, y no voy a luchar por algo que sólo obtendré en un final, lucharé por un proceso, por un progreso; porque, como dice mi sister Laura, la felicidad es un trayecto, no un destino.
¿Se puede ser feliz sin trabajar para ganar dinero para tener una casa para el día de mañana y poder vivir cómodamente con tu coche, tus acciones en bolsa y si puede ser la finca en el pueblo, teniendo que pisar a gente por el camino? Se puede, venid a África.
Prefiero entrar en una casa donde duermen 10 personas por habitación en los suburbios de un pueblo africano, pero donde te sacan las dos únicas banquetas de madera que tienen y escuchas la música y la alegría con la que bailan, y bailas, a una casa en la que el sofá es precioso pero espera que le pongo 5 fundas para que no se manche, quítate las zapatillas para entrar y no vamos a hacer esto que ensuciamos.
Prefiero viajar en trotró, con 10 personas más que no conozco casi encima de mí,  porque me encanta la sensación que se siente al bajarte y respirar, a tener un coche que pueda rayar y entonces qué disgusto.
Prefiero una casita al lado de la selva, donde mis vecinos sean animales, de los que probablemente me tenga que proteger, pero yo no miraré si esa familia de leones tiene su lecho mejor que el mío.
La pobreza no la desea nadie, nadie quiere ser pobre y vivir en malas condiciones si pudiera vivir en otras mejores, pero no tiene nada que ver con la felicidad. Quién más tiene, más quiere; y quién menos tiene, más comparte. Y, por eso, si alguien nos dice que quiere ir a España todas coincidimos en convencerles de que no van a ser felices. Qué suerte tenéis de poder estar sentados en la puerta de vuestra casa mirando las estrellas, quedaros dormidos bajo ese manto, ganáis poco dinero trabajando en la puerta de vuestra choza, vendiendo lo que podéis, pero en familia, tranquilos, con vuestra cultura, vuestro ritmo…ese ritmo que lleváis en la sangre. En España llevaríais el ritmo de no parar de trabajar si tienes la suerte de conseguir que alguien te contrate por dos míseros duros y ni siquiera recibas una muestra de afecto por esos que deberían ser tu nueva familia, como lo sois ahora vosotros para nosotras.
Prefiero encontrar una estrella en el fango, que cuatro diamantes en un cristal.
Prefiero que me duela a que me traspase, que me haga daño a que me ignore. Prefiero sentir.
Prefiero experimentar las cosas, aunque me hagan mal. Aunque me hiervan la sangre.
Prefiero probarlo todo a morir sin saber lo que me gusta. A llegar a la meta de mi vida, eso que llamamos muerte, con todas las fichas, pero habiendo seguido todas el mismo camino.
Tengo muchas cosas que contaros, tantas que no tengo tiempo para hacerlo, pero esperad. Os hablaré de Cape Coast (cosas que hacen daño, que no traspasan), de Elmina, pueblo de pescadores con un encanto natural (donde pueden encontrarse muchas estrellas en el camino, algunas de Canadá, otras de Canarias, otras de Ghana… que nos han guiado y lo seguirán haciendo, de todas ellas), de la selva vista desde un puente colgante, en el que un mal paso te puede llevar directamente a la meta, de playas exóticas disfrutadas libremente sin pulseritas que te limiten espacios y adornen realidades…
Dadme unos días. Y aprovechad para escribirme vosotros. He venido a preocuparme por la gente de aquí pero sin olvidarme de la de allí, necesito que me contéis cómo son vuestras vidas, que me digáis que sois felices, y que si alguno no lo es vendréis a África pronto.

viernes, 30 de octubre de 2009

Colegio Sabin Akrofrom

Cuando llegas a un colegio esperas ver varias cosas fundamentales: niños, profesores, aulas adaptadas y limpias, con material escolar, patios adecuados para jugar con porterías y canastas…como mínimo. No hablemos de los colegios con más recursos que pueden llegar a tener polideportivos.
Creo que sí estoy trabajando en un colegio porque hay muchos niños, hay aulas, simplemente, los materiales no los veo, los profesores no son profesores, no están formados para ello,  y el patio es un descampado en la selva donde hay unos desniveles que a nosotras nos cuesta salvar.

Estoy en un momento de saturación mental muy importante.
Lo que más me preocupa ahora mismo es la falta de recursos humanos más que de recursos materiales. Y, es que, los profesores no están cualificados para la enseñanza, tienen muy buena voluntad, son buenas personas pero no saben cómo hacerlo. Ahora mismo estamos en infantil porque, aunque saben que no es nuestra especialidad nos pidieron que les ayudáramos allí, ahora lo entiendo todo.
The nursery está apartada del resto del colegio, al final de un caminito en la selva, muy agradable por las mañanas cuando no hace calor y un poco insoportable a mediodía, sólo hay dos edificios de una planta cada uno que me recuerda a los teleclubs de los pueblos de la Vega palentina. Si cierro los ojos recuerdo la descripción que me hacía mi madre alguna de las tantas noches sentada en mi cama antes de dormirme de cuando los teleclubs eran la escuela del pueblo, sólo que aquí no hay que ir antes a encender la gloria.
Estamos viviendo el Cuéntame africano, y de esto me di cuenta del todo cuando conocí a mi clase, al profesor y la vara con la que castiga a los niños que se portan mal o no saben contestar correctamente.

Pero empecemos desde el principio. El número de niños por aula es desorbitado, la mía corresponde al 2º curso del 2º ciclo de Educación Infantil en España, es decir niños de 4 años. Son 52 niños en clase, no todos tienen 4 años, hay muchos de 5 y 6 años (aun no entiendo este criterio) en mesas y sillas viejas y descolocadas donde casi no existen los pasillos para poder moverse, los recursos materiales del aula son nulos: una pizarra, una estantería con los cuadernos de trabajo de los niños que pueden comprarlos, muchos otros se tienen que conformar con mirar cómo lo hacen los demás,  y unos pocos libros más que aparte de no ser útiles están llenos de cagalitas de ratón.
La mayoría de los niños no saben inglés (vienen de poblados de alrededor donde las familias sólo hablan twi, la lengua Ashanti) por lo que no entienden absolutamente nada de lo que se explica en clase, se imaginan algunas cosas y captan nociones básicas, no se comunican por dos motivos, la lengua y el miedo. Miedo a decir lo que no deben, y conmigo miedo porque soy blanca.

Pero este miedo se mezcla con la devoción. Como ya he dicho en algún sitio más, en mi vida me habían tocado tanto, nos persiguen a todos los sitios fuera del aula, nos piden permiso para tocarnos, nos miran, constantemente, nos saludan todos allá donde vamos.
No sé cómo explicar lo que se siente cuando ves a unas niñas cogiéndote la mano y mirándola, me mueven la mano, el brazo y siguen mirando, la huelen, me tocan los brazos, el vello y el pelo, y me vuelven a mirar. Con esa mirada, su mirada. Claramente para ellos somos superiores y no me gusta.
Evidentemente a medida que van creciendo se van dando cuenta de la realidad, pero no todos lo hacen, hay muchos mayores que no tienen la cultura suficiente y piensan igual que estos niños, y eso me inquieta aun más.


En Infantil en este colegio no existen las programaciones, no existen las etapas, los objetivos, contenidos, la metodología… los profesores no saben lo que es un proceso de aprendizaje. Un niño de 3 años no juega, porque no tiene con qué jugar, vaga por la clase y el patio, y están aprendiendo a escribir letras sueltas sin ningún sentido, simplemente por emplear en algo el tiempo. En mi clase pasa lo mismo,  y nuestro objetivo principal es enseñar a los profesores.
Tengo la suerte de que mi profesor es muy receptivo. Madame Cristina ¿qué vas a enseñarnos hoy? Él es el primero que quiere aprender, sabe que no sabe, y es muy buena persona. Lo que me dejó loca del todo fue cuando me dijo “el problema que tienen los niños africanos es que no pueden retener los conceptos, cuando van a casa se les olvida, los blancos sí tenéis esa capacidad”.
Por favor, mandadme fotos de gente blanca pobre, de escuelas de allí con menos recursos, de escuelas con más recursos, de todo lo que los niños tienen en casa para desarrollarse antes de ir al colegio y crecer como  deben… similitudes y diferencias que dejen claro que el color de la piel no es el problema.
Él es mi objetivo número 1, y me gusta porque es muy buena persona y tiene muchas ganas de aprender. Será un aprendizaje recíproco. Y estoy segura de que después será un buen profesor, y estoy segura de que después lo seré yo también.
“Aprendí a caminar, desde entonces corro.
Aprendí a volar, y desde entonces no tolero que me empujen para pasar de un sitio a otro”.
Así habló Zarathrustra (Nietzche). Y así será.

Mis vecinos

Todas las experiencias tienen su lado amargo, y esto sabía que me lo iba a encontrar, pero nunca se está lo suficientemente preparada para ver algo así, al menos no para verlo y quedar indiferente.
Quiero que conozcáis a mis vecinos, una familia de 6 hermanos que viven a nuestro lado en una casa abandonada, donde sólo tienen un cachito de tejado en una habitación, en la que duermen todos, el resto son sólo paredes. Una de ellas la usamos como red para jugar con ellos a vóley.   
Anadeba, la hija mayor de 13 años se encarga un poco de sus hermanos, unos niños desnutridos, descalzos la mayoría del tiempo, sucios, pero que parece que no se dan cuenta de todo lo que hay a su alrededor. Akuasí, Adwoa pequeña, Adwoa grande, Kwadwo y el bebé.
Después de estar jugando con ellos un buen rato, y verlos descalzos, a Akwasí comiendo de un plato donde el perro metía el hocico y de qué estaba compuesta su casa, les pedí permiso para entrar a saludar a su madre.
Una habitación en penumbras, donde los trastos y a mierda apenas dejaban sitio a las personas, una madre y un bebé. No habla inglés, sólo twi. Lo único que hizo cuando entré fue ponerme al bebé en los brazos. Un bebé desnutrido, con la tripa dura, con los ojos saltones como si estuviera ahogándose. Si no fuera porque vi a su madre muy tranquila le hubiera llevado a un hospital.

Me quedé allí con ellos, mirándolos, hablando con los niños, intentando aparentar tranquilidad y normalidad porque ellos estaban muy felices de que estuviera allí, pero no pude contener las lágrimas.

domingo, 25 de octubre de 2009

Amma Cristina

    En Ghana cada uno tiene su nombre propio y su apellido, el apellido de su familia, de su clan. Pero todos y cada uno tienen un primer nombre que les es asignado dependiendo del día de la semana en que hayan nacido. Esto me costó entenderlo un poco y luego me hizo mucha gracia porque no sabía hasta qué magnitud llegaba el asunto. Cuando me preguntaron en qué día había nacido y me dijeron que era Amma, por haber nacido en sábado, pensé que era algo así como el zodíaco nuestro, algo sin mucha importancia, pero no. Los nombres ghaneses de la semana se convierten en el primer nombre de cualquier persona, y puedes llamarlos por su nombre de pila o por su nombre ghanés. Si todo el mundo usara el nombre ghanés, la mayoría lo hacen, los nombres de Ghana se reducen a 7 para chicas y 7 para chicos.
Aquí os dejo los nombres ghaneses por si cada uno queréis saber el vuestro, sólo tenéis que mirar el día de la semana en el que habéis nacido y si sois chicos o chicas. La pronunciación no os la puedo decir por aquí pero os la podéis imaginar. Me lo podéis decir, para llamaros así, jeje.

DOMINGO:
                Chico: Akwasí
                Chica: Akosua
LUNES:
      Chico: Kwadwo
                Chica: Adwoa
MARTES:
                Chico: Kwabena
                Chica: Abena
MIÉRCOLES:
                Chico: Kwaku
                Chica: Akua
JUEVES:
                Chico: Yaw
                Chica: Yaa
VIERNES:
                Chico: Kofi
                Chica: Afua
SÁBADO:
                Chico: Kwame
                Chica: Amma

No sé si sabréis que Kofi Anan es ghanés. Ahora sabemos que su nombre de pila es Anan y que nació en viernes ;)

Cooperación, no limosna



Algo que me llama mucho la atención es que el ghanés no te pide nada, si puede te lo da, pero igualmente acepta lo que tú quieras ofrecerle. A la pregunta de Can I help you?, siempre te dirán Yes, thank you o Yes, you’re welcome, algo así como eres bienvenido a ayudarme, te acepto porque si te ofreces es porque para tí es un honor hacerlo. En España, por ejemplo, siempre que alguien quiere ayudar, rechazamos esa ayuda, con un no, gracias, ya lo hago yo, como algo cortés. Una pequeña reflexión que da mucho que pensar, y que demuestra la diferencia entre cooperación y limosna.


No es limosna porque la mano del que pide siempre está por debajo de la del que da, y éste no es el caso.

Primeras impresiones


Ahora es el momento de empezar  a escribir e ir conformando este pequeño diario e informaros de cómo son aquí las cosas, pero son tantas cosas las que he vivido en dos días que no sé por dónde empezar.
La primera bocanada de aire después de salir del avión nos costó darla unos cuantos segundos, un calor agobiante y mucha humedad hicieron que temiéramos por nuestra capacidad para adaptarnos a ello, pero no ha sido así. Seguimos teniendo calor, pero se puede respirar.


Nuestros primeros contactos en Ghana, Jonh Kusí, uno de los hermanos maristas con el que vivimos, Lisette y Marjoline, dos chicas holandesas que vienen con la misma organización que nosotras pero a trabajar con los niños de la calle, Kate, una ghanesa muy tímida y Rita. A Rita la dejo de momento porque merece un especial,  se puede decir que ella y su familia son la mía aquí ahora mismo. 





Todos dormimos en Accra esa noche, y después de que Natalia nos despertara a las 5 de la mañana por no haber cambiado la hora, nos levantamos a las 7 con la música de la calle, salimos a la azotea en pijama y nos pusimos a bailar mientras todo el mundo en la calle nos saludaba. Ghana está lleno de vida, desde las 6 de la mañana todo es movimiento, la gente saca sus puestos a la calle y los niños comienzan su largo camino a la escuela. Da igual hacerlo por medio de las vías del tren, o un grupo de niños solos con apenas 5 años, el caso es hacerlo feliz y si es cantando mucho mejor, saludando a la gente que como nosotras está perpleja en una azotea o cogiendo lagartijas con la cabeza amarilla. 

Un desayuno copioso para un largo día de viaje. Once  personas (5 españolas, 2 holandesas, 2 ghanesas y 2 “brothers”), 6 horas para recorrer unos 200 kilómetros y apenas medio metro cuadrado de espacio para cada uno. El rojo de la calle, suelo sin asfaltar, rojizo, como si fuera arcilla, barro en los sitios estancados, contrasta con el verde de la selva. Si añadimos el amarillo del sol sofocante tenemos la bandera de Ghana. Una bandera que está en todas partes, pañuelos, coches, casas… éstas últimas están pintadas de colores, un 40% de rojo con el logotipo de Vodafone (todo un imperio), un buen número con los colores de la bandera y otras al azar. No sé si se pueden llamar “casas”, digamos mejor  hogares o chabolas de madera, pero oye, tienen su encanto.

En la carretera no hay ley, las pocas señales de tráfico que existen son ignoradas por la mayoría, sino todos, los conductores y los pitidos (para avisar, no increpar) y la paciencia de la gente son los que rigen la circulación. No siempre asfaltado, los botes, el calor, el polvo que entra por la ventana abierta para poder respirar… no se notan. Hay tanto que ver a nuestro alrededor… y tanta pobreza.
Dejamos a María, Cris y Natalia en su casa y su cole en Boukrom, y nos dirigimos el resto al centro de la ciudad de Kumasi, hicimos algunas compras y dejamos a las holandesas en su nueva casa y Sara y yo por fin llegamos a la nuestra. Una grande pero humilde casa donde no hay agua corriente, nos duchamos con cubos de agua y nos peleamos todas las noches con la mosquitera, pero es divertidísimo, en África no podía ser de otra manera.

Todavía no hemos conocido a nuestros niños del colegio, pero sí a unos bebés de los que se encarga la familia de Rita, niños de la calle, que no tienen apenas nada y con los que trabajaremos de vez en cuando, cada rato libre que tenga procuraré ir a verlos. 

La comida es muy monótona, apenas varían entre arroz, pollo o pescado y salsas muy picantes, y fruta y hortalizas, popó (papaya), jam, coco, naranjas de color verde… en los mercados hay mucha variedad así que iremos probando todo poco a poco.

Se puede decir que desde el día en que me desperté en Accra, supe que había despertado en mi sueño, me queda mucho por conocer, por no decir todo, pero de momento los sentimientos son de felicidad, gratitud y ghanas de trabajar con toda esta gente que no tiene nada pero parece que lo tienen todo. No se preocupan por lo que no tienen y podrían tener, solamente por conseguir lo suficiente por subsistir y ser felices.

Lo suyo es de todos, y el clan es lo primero.

domingo, 18 de octubre de 2009

Ghanesa Scout

Increíble. Algo así sólo se les puede ocurrir a un grupo de profesionales en la materia, scowitos tenían que ser.
No sé cómo me sentiré siendo blanca entre los negros, pero gracias a vosotros he sabido cómo me siento siendo negra entre los blancos ;) Gracias por las ghanas y la ilusión que habéis puesto en mí. Os llevo en un libro, un diario y un álbum, pero sobretodo en la peluca que me pienso llevar en la maleta. 
Sé que hay scouts en Ghana así que los encontraré. Recibiréis noticias. Os quiero.

lunes, 12 de octubre de 2009

Cantos de Ghana

   

Este es el proyecto que este verano se ha desarrollado en el colegio donde voy a vivir, esos serán mis niñ@s, mi nueva familia.
Inma Serrano nos presentó el proyecto en persona en la universidad el otro día. Con lo que se gane de la venta de esos discos se construirá un nuevo colegio en Accra, la capital de Ghana.
Yo ya tengo el mío :)

MIL GRACIAS

Empieza la cuenta atrás, ahora en serio, ya no es algo lejano de lo que hablas cuando la gente te pregunta... ahora sí siento el cosquilleo de que mi vida va a cambiar en unos días, empiezan las despedidas, algunos llantos, es paradójico pero en estos momentos sólo se ven las cosas buenas de las personas (no quiere decir que de otra forma no), de todo lo que cada persona te aporta en tu vida....y cuánto vas a echarla en falta.
Y es que a veces no echamos de menos a la persona que se nos ha ido, sino a la parte de nosotros que se lleva con ella...
Me voy feliz, pero dejo muchas partes de mí aquí, en cada un@ de vosotr@s, los que hacéis que yo sea quien soy...
Gracias por todo el apoyo que estoy recibiendo, de una manera o de otra... y es que, por ejemplo, el simple hecho de llevar una camiseta con todo el amor de mis amigas, me hace sentirme más segura allá donde voy, porque os llevo conmigo.

sábado, 10 de octubre de 2009

*Espero...*




Nunca es demasiado tarde o demasiado pronto para ser quien quieras ser,
no hay límite en el tiempo, empieza cuando quieras,
puedes cambiar o no hacerlo, no hay normas al respecto,
de todo podemos sacar una lectura positiva o negativa, espero que tú saques la positiva,
espero que veas cosas que te sorprendan,
espero que sientas cosas que nunca hayas sentido,
espero que conozcas a personas con otro punto de vista,
espero que vivas una vida de la que te sientas orgullosa,
Y si ves que no es así, espero que tengas la fortaleza para empezar de nuevo.