Y Bonsu se puso las botas, no le cabían más cosas en los bolsillos, porque los profesores decidieron dejarles que cogieran lo que quisieran antes de tirarlo a la basura, y la verdad es que quedó poco. Todos esperaban su turno para coger su cacho de juguete, y era tan divertido ver las utilidades que se podían sacar… suena a tópico, a lo típico que se dice en estos casos, pero con qué poco eran felices.


sábado, 23 de enero de 2010
Revolución en la escuela
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
me habría gustado estar allí para ver las caritas de esos niños =)
ResponderEliminarcon qué poco se puede hacer feliz a alguien..
un gran abrazo cris!
paula